Hoy la luna estaba tan deliciosa, que no pude resistir, hacia mucho frió, lo sé, pero con tu ayuda, pude impulsarme un poco, en las puntas de tus pies, saltar hacia el hermoso satélite y coger un pedazito.
Era muy pequeño entraba en toda mi mano, caminamos, comenzó a crecer, nuestro pulso se acelero, ahora casi que no alcanzaba en mis manos, tuvimos que cargarlo entre los dos, era brillante y hermoso, frío como la nieve, así que a ratos debíamos parar para descansar...
Llegamos al claro de un bosque, lo pusimos en el suelo, eras gris ratón, olía raro como a las cosas nuevas cuando las abres, brillaba y no dejaba de brillar.
Hoy la luna estaba tan deliciosa, que no pude resistir, hacia mucho frió, lo sé, cogí un pedazito y lo mordí, te di un poco, tome tu mano y entramos en ella, llegamos al lado oscuro, que cuando esta llena es suave y acogedor, lleno de algodón de azúcar, listo para comer.
...dormimos hasta el otro día.
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