Catártico

Los vidrios saltaban al ser golpeados por la punta de acero del palo de golf, la necesidad de catarsis oprimía las manos y hacia que los nudillos se pongan blancos de la presión. La normas sociales no existían y la adrenalina creaba un ambiente algo deslumbrante.

Los destellos de los pedazos de vidrios brillaban en los ojos de los tres muchachos que felices invertían tiempo y energía descargando sus frustraciones, alegrías o tristezas en las botellas que fueron recogiendo por el camino. Al fin mientras no se hagan daño cualquier descarga emotiva es válida.

La catarsis crea equilibrio, el equilibrio, estabilidad mental, y la estabilidad mental, algo utópico llamado felicidad. Dura un momento pero el sabor de la descarga es un trago dulce de fuego puro.

Al final, los tres muchachos con tabaco en mano, caminaban riendo, recién 'descargados', decostruyendo sus problemas en sus cabezas y volviéndolos a construir, añorando, desde ya, en cuando se volverá a repetir. Siempre hay algo que descargar...